Burriana contó en la guerra civil con, al menos, tres refugios antiaéreos. El más conocido y probablemente el más grande es el del Camí d’Onda, la infraestructura subterránea en la que el área de Cultura que dirige Vicent Granel está realizando actuaciones con el fin de que sea accesible y se convierta en un punto visitable y nuevo recurso turístico. Tenía capacidad para hasta medio millar de personas y alcanza una profundidad de 20 metros.

Pero hay constancia de que en el periodo bélico se excavaron otros dos refugios más. En estos casos no existe tanta documentación como en la estructura del Camí d’Onda, pero sí se conoce que se encuentran en la calle Encarnación y la zona de Hortolans. Se trata de unas ubicaciones por aquella época mucho menos habitadas pero que, precisamente por este motivo, tienen su razón de ser, pues los ataques de los aviones no se dirigían a campo abierto sino a zonas habitadas.

Pero hay más. El arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, ha encontrado documentación de la solicitud al Ayuntamiento para construir otra infraestructura de estas características. El permiso se solicitó en el año 1938 y la intención era realizar las excavaciones en El Raval, entre la Plaça El Pla y l’Escorredor. En este caso, únicamente se tiene la constancia de que se formuló esta solicitud en el consistorio, pero hasta la fecha se desconoce si se llegaron a realizar las obras.

El objetivo de la Concejalía de Cultura es invertir en los próximos años hasta 200.000 euros en los trabajos de consolidación, accesibilidad y documentación del refugio del Camí d’Onda. Para este ejercicio se ha destinado una partida de 50.000 euros y la primera actuación ha consistido en la realización de mediciones con láser de todo el conjunto subterráneo con la finalidad de obtener imágenes en 3D.