Los casals falleros de Burriana generan desde hace ya unos días una intensa actividad. Y no es para menos porque, se a como sea, hay que terminar de construir las carrozas que desfilarán en la popular y multitudinaria cabalgada del Ninot y que se visten con miles de pequeños y coloridos papeles de seda. Pero también porque hay que ultimar los detalles y complementos de la comparsa que precederán a las respectivas falleras.

En este sentido, hay que indicar que, este año, la crítica local --aunque la habrá-- cederá protagonismo a cuestiones de relevancia tanto nacional como internacional. Es el caso de Cardenal Tarancón que dedicará la comparsa a Donald Trump.

Ya en el ámbito estatal, el Club 53 alegrará el desfile con los bailes andaluces, mientras que otras comisiones se han decantado por diferentes vertientes políticas. Así es como la Mercé seguirá el lema Rajoidin para tratar las tres elecciones nacionales que se celebraron en España en el plazo de un año. Mientras, Don Bosco se basará en los diferentes carnavales del mundo para representar a los cuatro partidos políticos mayoritarios dentro del ámbito nacional.

Sátira municipal

Y ya completamente en clave local será la crítica de la comparsa del Barrio Valencia, que bajo el lema de Borriana, un món de revista recordará distintas revistas de destape para relacionarlas con cada uno de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de la ciudad.

Por lo que a carrozas se refiere, la tarea es ardua, sacrificada y muy minuciosa. Y es que los papeles de seda primero se recortan en círculos, luego hay que separarlos y a la hora de colocarlos en la carroza, se pegan de dos en dos, ya sean del mismo color o combinándolos para crear efectos de lo más variados con diferentes difuminados y tonalidades. Prácticamente se va cubriendo así centímetro a centímetro las siempre llamativas y espectaculares plataformas.

Pero, para conseguir la admiración del numeroso público que se espera que ocupe las aceras de ambos lados de las calles por las que desfilarán las diferentes comisiones falleras, el trabajo en el casal se ha venido realizando, en algunos casos, desde el pasado mes de noviembre, muchas veces en horario nocturno y mientras la gran parte de la población está en casa después de cenar o en los fines de semana.

Afrontar las inclemencias

A pesar del frío o de las inclemencias meteorológicas, los casals se han venido poblando a diario de ilusionados falleros para elaborar una carroza que comenzó con un diseño y continuó con la construcción de la estructura. Después se recubrió con cartón o madera y, sobre estas superficies, se ha ido, finalmente, pegando los miles de papelitos multicolores de seda.

Y todo ello para dar forma a un acontecimiento único que dura aproximadamente una hora, pero que destila humor y fantasía a raudales, aunque también sirve para ensalzar a las representantes de las fiestas josefinas, estratégicamente ubicadas en cada carroza.