El Ayuntamiento de Burriana ha vallado la unidad de ejecución B-2 con el fin de preservar los elementos construidos de una urbanización que se quedó a medias. Algunos vecinos la utilizaban para pasear a sus perros o simplemente para caminar, pero también ha sido objeto de varios robos. Ahora el acceso está cortado y con ello se espera frenar el deterioro de lo ya urbanizado.

La mercantil Urbasur Siglo XXI SL fue la adjudicataria en el año 2006 de una unidad de ejecución que, ubicada entre la ronda Músico Ibáñez y los colegios Villa Fátima, Penyagolosa y Hortolans, debería haber finalizado su urbanización en el año 2009. Allí estaba prevista la construcción de 400 viviendas, entre ellas, algunas de protección pública.

Pero lo cierto es que nueve años más tarde aún está a medio construir y, además, presenta deficiencias derivadas de la paralización de las obras, tal y como son la falta de parte del tendido eléctrico de la red pública, el asfaltado de los diferentes viales y también parte de las aceras.

Lo que el Ayuntamiento no tiene claro es cómo se va a finalizar la obra, aunque antes de decidirlo hay que recuperar el aval. Entre las opciones que se barajan para concluirla está la de que la culmine el propio consistorio o que se busque a otra empresa que quiera terminarla, cobrando las cuotas que aún restan por pasar a los propietarios de parcelas.

El Ayuntamiento también ha procedido a realizar una limpieza generalizada e incluso alguna que otra desinfección para mantener la salubridad de la zona.

El equipo de gobierno inició a finales del 2013 los trámites para ejecutar el aval bancario, ya que la mercantil llevaba cuatro años con las obras paralizadas. Pero el principal problema es que este aval no bastará para completar los trabajos que restan para concluir la urbanización. Y, además de lo que falta por construir, hay que reponer los elementos deteriorados, rotos o robados por la inacción de la adjudicataria. H