Ayer comenzó el curso escolar en la Comunitat Valenciana. Cientos de miles de niños y jóvenes iniciaron las clases con la normalidad propia de cualquier otro año, en algunos lugares con incidencias como falta de maestros, obras por acabar... pero, de un modo u otro, todos los estudiantes pudieron llegar a sus clases para iniciar o continuar su formación académica. Algo muy normal que en otras latitudes no lo es tanto.

De eso podrán contar bastante quienes participaron en un viaje organizado por la oenegé Túpay, de la Vall d’Uixó, que se inició el pasado 26 de agosto y que ha recorrido diferentes poblaciones del agreste y amazónico Perú para conocer sobre el terreno cómo se gestionan los recursos que, año tras año, desde hace décadas, esta organización recauda con diferentes iniciativas y mediante actividades.

Acceso a la educación

Entre la delegación valldeuxense han estado la alcaldesa, Tania Baños; el primer teniente de alcalde, Antonio Llorente; y el concejal de Empleo, Jorge García. Los tres, acompañados por la presidenta de la entidad, Teresa Pallardó, han conocido, entre otras singularidades de este país andino, a los 34 jóvenes de la región del Amazonas que gracias al dinero que se envía desde la Vall d’Uixó pueden estudiar, trasladándose desde sus remotas poblaciones de origen, hasta los centros educativos, algo que sin esta ayuda en todos los casos sería impensable.

Pallardó lo ha dicho en más de una ocasión. La concepción que Túpay tiene de la solidaridad no pasa por dar de comer al que tiene hambre, sino facilitarle una caña para que, más pronto que tarde, solo dependa de sí mismo para subsistir y la educación es una herramienta básica, como demostró Mirta, una joven que es profesora de Matemáticas en Lima gracias al compromiso de muchos vecinos de la Vall, a la que Baños, Llorente y García pudieron conocer en la primera etapa de su aventura. Los tres políticos también han dejado un recuerdo tierno entre muchos niños peruanos: decenas de peluches donados por familias valldeuxenses.