La XVII Fira de l’Oli de Canet cerró ayer sus puertas tras recibir a cerca de 3.000 visitantes a lo largo del fin de semana. La alcaldesa, María Ángeles Pallarés, muestra su satisfacción por la afluencia de gente que acudió a la cita. «Hay mucho trabajo detrás y ver tanta animación en la calle es un gran orgullo, porque demuestra que en los pueblos del interior tenemos mucho potencial y mucho que aportar para poner en valor nuestro territorio», destaca.

Además de la muestra de productos y las degustaciones del CaneTapa, ayer hubo un encuentro de bolilleras, con cerca de 300 participantes llegadas de diferentes municipios. Los niños de la comarca también tuvieron un papel protagonista, ya que el centro social alojó una exposición de las obras de alumnos del colegio Araboga, lo que tuvo como complemento un taller de pintura.