La circulación de vehículos por el casco antiguo de Peñíscola vuelve a recuperar su sentido habitual, una vez finalizadas las obras en el pavimento de una serie de calles. Una actuación que ha supuesto cortes durante unas tres semanas en el acceso a la ciudad amurallada desde el puerto. Las principales tareas se efectuaron en las inmediaciones de la zona del Bufador, lo que impedía el paso de los coches.

En este tiempo, la Policía Local puso en marcha una serie de restricciones, como la colocación de un semáforo provisional cerca del Portal Fosc, que ha sido el único punto de entrada y salida para el tráfico. La ejecución se desarrolló en esta época del año, al ser el periodo con una menor actividad turística, por lo que se quiso minimizar el impacto de las molestias tanto entre los vecinos como a los repartidores.

La primera fase se hizo en el acceso por el vial Atarazanas, con la sustitución de una parte de las piedras del suelo que se encontraban en mal estado. Posteriormente, se llevó a cabo en Bajada del Bufador, hasta el tramo principal de la calle Príncipe.

SUSTITUCIÓN / En este entorno se cambiaron las losas centrales, con más de medio siglo en este lugar, y que mostraban las antiguas marcas del paso de los carros. Una medida que causó críticas expresadas por algunos vecinos, al atribuir un valor sentimental a las piezas. Desde el consistorio se alegó que el material presentaba un gran desgaste y que las obras se hicieron siguiendo las indicaciones de los técnicos en este entorno.

La inversión del consistorio ascendió a 43.735 euros y está previsto que en los próximos meses se hagan nuevas actuaciones. Además, se ha presentado una solicitud a los fondos Feder para emprender una amplia rehabilitación en el núcleo histórico.