La alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, volvió ayer de su visita al Palau de la Generalitat con dos compromisos en materia de infraestructuras sanitarias de la mano del president, Ximo Puig, y el director general de Administración Local, Antoni Such.

El primero es que, tras la aprobación de la supervisión del proyecto de reforma del centro de salud del Carbonaire, cerrado desde principios de año por el derrumbe de buena parte del revestimiento de una fachada lateral, «el lunes se tramitará por urgencia la licitación para llevar a cabo las obras de acondicionamiento», según afirmó el propio Puig.

AVANCE EN LOS TRÁMITES / Por otra parte, en relación a la reforma y ampliación del ambulatorio de Octavi Ten, anunciada a principios de legislatura, «se pedirá la licencia de obras la semana que viene para que lo más rápido posible puedan hacerse esas actuaciones que resultan tan necesarias», señaló el jefe del Consell.

En cualquier caso, la ejecución de este segundo proyecto tiene un importante condicionante. Y es que, aunque se conceda el permiso, la intervención no podrá iniciarse hasta que no se produzca el traslado de las instalaciones provisionales habilitadas en el antiguo edificio del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), donde en la actualidad se atiende a la mayoría de los usuarios desplazados desde el Carbonaire. El plan de aprobado incluye la demolición de ese inmueble y la construcción de un edificio de nueva planta en ese solar.

Para la alcaldesa, lo importante es que se vaya avanzando en estos trámites que permitirán «aumentar el número de especialidades médicas que se prestan ahora en la Vall». Una medida que, entre otros, supondrá evitar desplazamientos a los vecinos.

En cuanto a la adecuación del centro de salud II, ahora cerrado, destacó el «trabajo conjunto» que ha permitido avanzar las gestiones burocráticas que son más lentas de lo que les gustaría, pero que deben «hacer cumpliendo con la ley», concluyó.