El comercio de Burriana vuelve a estar dividido. La calle que más tiendas tiene por metro cuadrado --apenas hay tres bajos que no son locales comerciales-- se ha apartado del ente que trataba de aglutinar a todo el sector comercial de la población.

La Federació de Comerç llegó a tener más de 300 asociados, pero de golpe ha perdido a todos los de la calle La Tanda, que es un vial comercial por antonomasia y el que, por ahora, mejor aguanta el cierre de establecimientos.

Se trata de una vía urbana peatonal en cuyo seno se constituyó la entidad que pretende aglutinar a todo el sector comercial burrianense, pero que se ha apartado del mismo por entender, como apuntan, que viene recibiendo un «trato discriminatorio» por parte de la Federació, a pesar de ser la asociación del sector más activa en la organización de eventos para dinamizar la acción comercial y atraer clientes.

A pesar de que no se entiende el tejido comercial de Burriana sin las tiendas de la calle la Tanda, por tratarse de uno de las principales zonas con negocios distribuidos a ambos lado del vial y de una amplia variedad --frutería, cafetería, ropa, óptica, telefonía o papelería--, en este espacio los comerciantes afirman no apreciar el trato adecuado de la federación.

Detonante

El detonante fueron dos acciones que tuvieron lugar entre finales del pasado año e inicio del 2018. El primero, desviar el pasacalle inaugural de la Feria de Navidad por una calle con circulación de vehículos, en contradirección, sin iluminación ni decoración navideña y sin casi ningún comercio. Y el segundo, negarse la entidad a que se celebrara la Fira de Sant Antoni, pese a ser una cita que en su quinto aniversario gozaba de buena salud en ventas y participantes.