La bebé que llevaba en su vientre la ondense Lorenza Ramírez de Álvarez, de 32 años, tenía prisa por salir. Había dado varios avisos en la última semana, pero ayer no pudo aguantar más y empezó a asomar su cabecita cuando su padre se disponía a trasladar a su madre al Hospital de la Plana. No pudo llegar a cruzar la puerta del nuevo centro sanitario integrado (CSI), situado en la calle Alfons el Magnànim esquina Sicilia, muy cercano al domicilio familiar.

Según cuentan algunos testigos, Lorenza había dejado esa misma mañana a su otro hijo en el contiguo colegio Mestre Caballero y, al regresar a casa, notó que su bebé venía en camino y su marido la trasladó en coche hasta el centro sanitario. Pero no llegó a entrar. Poco después de las 9.15 horas, casi todo el cuerpo sanitario del CSI, con el coordinador de enfermería, Antonio Gimeno, a la cabeza, corrieron hacia el vehículo, aparcado en el chaflán de la puerta del edifico. Por suerte, al tratarse de un centro de especialidades, ayer tocaba visita de la ginecóloga y entre ella y la matrona, que está todos los días, llevaron a buen puerto el parto.

Hicieron servir como paritorio el propio coche, mientras el padre de la criatura permanecía en el interior y ayudaba, con los nervios propios de la situación, en lo poco que podía.

La niña y su madre se encuentran perfectamente y la bebé fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital de la Plana.