La aprobación del punto referente al servicio de abastecimiento del agua potable pretende unificar el contrato con las urbanizaciones antes de que se ponga en marcha la desaladora. En este sentido, el edil de Urbanismo, Tomás Fabregat, afirmó que las obras de esta planta de Orpesa-Cabanes «aún no están finalizadas al 100%». «En estos momentos se está haciendo una estación de bombeo en la parte de les Amplàries y en la parte de Bellver hay una para suministro a las urbanizaciones, que aún no tiene ni los permisos de Iberdrola», indicó el concejal.

Además, «todavía queda pendiente resolver con la administración central el tema económico». Al Estado le han dado dos años de prórroga para ponerla en funcionamiento, según confirmó.

Rafael Albert, por su parte, aclaró que el agua, cuando salga por la tubería de la desaladora, «será de la empresa que tenga la concesión en esos momentos». «Tendrán que aplicar el precio del agua en alta, aplicar el beneficio industrial y, a partir de ahí, saldrá el precio a los consumidores», explicó. «Intentaremos solicitar utilizar el agua actual para piscinas y para uso público la de la desaladora, aunque será bastante difícil», apuntó.