Vilafranca vivió ayer el día central de La Publicata, la fiesta en honor a Sant Antoni. Conocido como el Dia de la malea, la actividad fue frenética desde la mañana, cuando los vecinos salieron de la población en dirección al monte Palomita para recoger la malea que posteriormente vestiría la barraca. Tras la comida en el monte la comitiva regresó al municipio, con las caballerías cargadas de leña. Entonces llegó uno de los momentos más esperados, el alto a la malea que tuvo lugar a la altura del reloj de la avenida del Llosar. Se trata de una representación en la que el guarda forestal trata de impedir que la comitiva acceda al pueblo. Guarda y arriero discuten sobre la legalidad del transporte de la malea para la celebración de la fiesta de Sant Antoni. Finalmente, y por orden del rey, como así estipula el texto que el arriero entrega al guarda, la fiesta puede continuar y la leña entra en Vilafranca.

Las celebraciones continuaron mientras la barraca fue adquiriendo forma. Mientras tanto, la ronda con la Rondalla de Vilafranca, desfiló por las calles de la localidad. A continuación, tuvo lugar otra representación, en esta ocasión el auto sacramental de la vida de Sant Antoni y el sainete Jo sé guardar un secret. Ritos paganos y cristianos convergían también en la localidad con la quema de la barraca, que puso el broche de oro a la jornada más intensa del Sant Antoni vilafranquino.