El amor se impuso ante la razón. Fue clave para que Paqui Ventura, de 43 años, no sucumbiera ante los cuernos y las bolas de fuego del toro embolado que le embistió, en la noche del lunes, en les Alqueries, en las fiestas de la Mare de Déu del Niño Perdido. Su pareja, José Medel, de 52, ambos vecinos de Burriana, se arrojó de la barrera donde había logrado subir ante la inesperada aparición del astado y se lo quitó “de encima” como pudo, relató a Mediterráneo, horas después del suceso.

Inmovilizada en la cama del Hospital la Plana, con la pelvis rota, el cuerpo dolorido por el golpe --el animal la arrojó al suelo-- y el costado quemado por las bolas de fuego, Paqui, como sus amigos le llaman, se siente “chunga” y “anímicamente muy mal”, relata al diario. “Los médicos me han dicho que va para tiempo, al menos dos meses --matiza--, y no puedo moverme ni hacer nada”, indica con voz rota.

En cuanto al momento en que sucedió la embestida del animal, la paciente es contundente: “No me acuerdo de qué es lo que pasó”. “Nos marchábamos ya del recinto --comenta con cierta melancolía-- y pensábamos que el toro se encontraba lejos, en la otra plaza. De repente, apareció no sé por dónde. Me embistió, caí al suelo del golpe, me quemó en un costado junto al pecho y no recuerdo nada más”. En el instante de la cogida --añadió- “no pensé en nada; tan solo sé que pasé mucho miedo”.

No recuerda cuando su pareja se lanzó a la arena para despistar al cuadrúpedo. No relaciona su falta de recuerdos a una posible amnesia postraumática y, por eso, no lo ha “comentado a los médicos”. Se refiere más bien a que las escenas relacionadas con los hechos las recuerda, “pero se me borran”. “Me hacen daño y no quiero pensarlo”, aclara.

“VOLVERÉ AL TORO” // Dolorida y “hecha polvo emocionalmente”, Paqui ve su futuro a corto plazo “muy negro” porque va a estar inmovilizada bastante tiempo y no se valdrá por sí sola. Pero, añade, una vez que supere lo del toro, volverá, “pero con más cuidado”.

Es José, su pareja, quien relata a este rotativo lo sucedido en aquellos momentos: “Íbamos hacia la barrera pensando que el toro se encontraba en la otra plaza, pero, de repente, nos lo vimos detrás de nosotros, al salir de una curva. Yo subí a la barrera, pero a ella, que venía detrás, la empujó por la espalda y la tiró”.

La reacción de José fue rápida. “En cuanto la vi, me tiré a por el toro y se lo quité de encima como pude”, matiza Medel, quien fue golpeado por el astado y resultó con numerosas heridas y rasguños, siendo atendido en el hospital. H