Visto para sentencia. Así quedó ayer el juicio contra el presunto agresor del exalcalde de Geldo Manuel Hernández. El fiscal pide para el acusado ocho años de prisión y una multa de 7.650 euros por un delito de atentado contra la autoridad, una falta de lesiones y otra de respeto a la autoridad.

Los hechos se remontan al 15 de agosto del 2009, en plenas fiestas patronales, cuando, supuestamente, el acusado, V. F., aguacil del ayuntamiento, “agredió al exprimer edil con un garrote de 95 centímetros de largo y 2,5 de ancho mientras estaba trasladando las piezas de un escenario con una máquina elevadora”, indican fuentes del caso. El munícipe, que estaba en el interior de la máquina, “fue alcanzado en el brazo con el utensilio que el acusado sacó del maletero de su coche y cayó al suelo por la inercia del golpe, torciéndose el tobillo”, aseguró la acusación, que indica que este “persiguió al alcalde lanzándole trozos de aluminio y amenazándole de muerte”.

La defensa negó los hechos y el inculpado afirmó que “nunca le toqué, ni le empujé, se cayó él solo de su ubicación”. Además, la afirmación “te mataré es mentira”, aseveró, a la vez que insistió en que “desde que entró a la alcaldía fue a por mí y así lo hizo en sus cuatro años en el poder”.

Lo que sí quedó patente en el juicio es que el enfrentamiento se produjo, aunque de diferentes maneras según las partes, y que la enemistad entre ambos era manifiesta y venía de antes.

En su declaración, el denunciado indicó que el encuentro fue “casual” y que el único motivo por el que paró a hablar con él fue “para pedirle que dejara de hacerle la vida imposible a mi familia”. Aunque admitió que sacó el garrote, pero este lo había comprado para su nieta, “por lo que era muy pequeño”, y que cuando lo lanzó a Hernández “ya estaba a diez metros de mí”, por lo que negó que le causara heridas.

También reconoció que tiró las láminas de metal, aunque tampoco llegaron a su objetivo.

PROVOCACIÓN // El abogado defensor, Emilio García, afirmó en su alegato que “ningún testigo vio la agresión ni que esta se produjera”, por lo que consideró que el testimonio del exprimer edil “no es suficiente” y que “nadie prueba quién provocó a quien”.

También puso de relieve que “las declaraciones del alcalde muestran contradicciones y ambigüedades” y que el reo “sufría de ansiedad y depresión, por lo que es más fácil generarle una situación de tensión”.

Hernández indicó a este rotativo sentirse “tranquilo” a la espera de lo que decida el tribunal sobre su presunto agresor y sostuvo que V. F. paró el coche junto a él mientras trabajaba y le atacó. “He dicho mi verdad y el juez decidirá que es lo que es más justo”, declaró. La defensa mantuvo su versión, negando los hechos. H