Las modificaciones en el registro catastral realizadas los últimos años afectan a todo el territorio, pero en algunas zonas se están dando «situaciones injustas». Así lo denuncian propietarios de masías que estiman que están pagando un IBI «desorbitado», ya que el catastro refleja que sus terrenos con edificaciones son en suelo urbano y no rústico, como estaban regularizadas anteriormente.

Con el cambio de calificación, los afectados pasan de abonar alrededor del 0,3% del valor catastral en zona rústica, a pagar alrededor del 0,8% como propiedades urbanas, el tipo impositivo con el que cuentan en localidades como Morella en esta comarca.

Muchos de los cambios se han acometido sobre inmuebles como granjas o corrales, que en ningún caso cumplen los parámetros establecidos para ser considerados como propiedades urbanas, como ya recoge una sentencia dictada por el Tribunal Supremo el 20 de mayo del 2014.

INDIGNACIÓN // «No entendemos por qué nuestras masías pasan ahora a suelo urbano, cuando más rústico no puede ser; vivimos en una zona en la que afrontamos muchos problemas, cada día somos menos y encima nos cosen a impuestos; no tiene ningún sentido, no tiene ni pies ni cabeza, luego nos quejamos de la despoblación», declara uno de los propietarios afectados.

Desde el Ayuntamiento de Morella, el alcalde Rhamsés Ripollés apunta que «existe una falta de información por parte del catastro». «No sabemos a cuánto ascenderá la recaudación final después de las modificaciones; si dispusiéramos de ellos podríamos plantear medidas al respecto; hay vecinos que pagan importes muy altos y se debería flexibilizar el abono de estos impuestos, al suponer un serio problema para los afectados», añade el munícipe.

FALLOS EN EL REGISTRO // Con las modificaciones también se han detectado fallos en el registro de bienes e inmuebles. En este sentido, el alcalde de Cintorres, Antoni Ripollés, señala que «aparecen posesiones de un propietario a nombre de otro». «Tenemos vecinos que se veían obligados a pagar por bienes que no eran suyos, lo que ha provocado reclamaciones que habrá que subsanar con el catastro para el correcto registro de las propiedades», afirma.

Els Ports ejemplifica esta problemática catastral al concentrar muchas masías. Solo en Morella , hay más de cien edificaciones de este tipo. Sorita, Forcall o Cinctorres también han mostrado quejas por este «claro perjuicio».