El devenir de las fiestas de Burriana quedó ayer marcado por la fuga dedos vacas bravas de la ganadería El Millars, de Vila-real. Durante la tarde llegaron a alcanzar la zona comprendida entre los caminos de la Cossa, el Marjalet y Sant Gregori. Según afirmó el consistorio en un comunicado, una de ellas logró ser capturada a las 19.45 horas, en un operativo que contó con efectivos de la Policía Local, Policía Adscrita de la Generalitat, Comisión Taurina, Protección Civil y Guardia Civil.

La otra res, en cambio, seguía libre al cierre de esta edición. En el transcurso de la noche, la Policía Local mantuvo patrullas de vigilancia y búsqueda en la zona de Sant Gregori, que van a continuar en la mañana de hoy.

Los animales se escaparon por una acumulación de despropósitos, alrededor de las 17.30 horas de la tarde. Fue cuando se bajaron los cabestros y las vaquillas a los corrales, antes de proceder a la lidia de los dos toros cerriles previstos. Los astados entraron en el corral, pero salieron por la puerta trasera, que no estaba cerrada, y posteriormente atravesaron la ratera de la parte del Racó de l’Abadia que se encontraba abierta. Así fue como accedieron al recinto taurino y, una vez allí, se dirigieron hacia la calle Mayor, donde encontraron otra ratera también abierta, y que ya les permitió correr en libertad por el casco urbano, para pasmo de las personas que estaban en el vial. Al cabo de unos minutos, salieron fuera del casco urbano.

BÚSQUEDA

La edila de Fiestas, Lluïsa Monferrer, reclamó la presencia del director taurino en las dependencias policiales, y de allí se dirigieron en un coche del cuerpo, con las luces y saltándose una dirección obligatoria, hacia el Ayuntamiento. Tras cerca de media hora de reunión, a falta de pocos minutos para las 19.00 horas, se tomó la determinación de dar suelta al primero de los dos astados previstos para la jornada. Fue un ejemplar de La Palmosilla, patrocinado por la Penya El Bou. Una hora más tarde fue el momento de Cararrota, de Los Chospes para la Penya de Penyes.

Por la noche se emboló un animal de corro, procedente de la misma ganadería de las vaquillas que se escaparon por la tarde. Además, por la mañana se celebró el encierro infantil, de la mano de Bou per la Vila, que hizo las delicias de los participantes, con los cuatro recorridos, que salieron desde la calle Sant Vicent y hasta la calle Mayor.

En cuanto a la vertiente cultural, el día de ayer contó con propuestas como la Fira del Cromo. También hubo una ruta ciclocultural dedicada a la Orden del Temple, o un taller infantil de pompas de jabón, junto al centro cultural de La Mercé.