Conserva sus andenes, pasos inferiores y señalización, pero nadie los utiliza porque lleva cerrada desde los 90, aunque todos los vagones pasen por allí. La estación de tren fantasma de Santa Magdalena no recoge ni deja a pasajeros, a pesar de que Adif hace labores de mantenimiento. «Me consta que por la noche hay vigilancia», explica el alcalde, Sergio Bou. «Cuando era estudiante, en los 80, la utilizaba para ir a Castellón o València y paraba un tren por la mañana y el de vuelta por la tarde; pero de un día para otro, con nocturnidad y alevosía, se acabó», añade.

Bou, que es el secretario de Infraestructuras del PSPV provincial, menciona que sus conciudadanos «deben de ir a Alcalà o Benicarló, teniendo este edificio a 600 metros del casco urbano». Entre ellos, la veintena de alumnos universitarios que estudia en la capital de la Plana o en la del Túria y que sufren «cada fin de semana» situaciones parecidas a las denunciadas el domingo.

Para el primer edil, contar con instalaciones y no poder hacer uso de ellas «resta oportunidades al pueblo» y se pregunta cuánta gente ha tenido que dejar de vivir allí por no disponer de un servicio como el ferroviario. Además de los pocos trenes de proximidad, en el Maestrat también se da la situación de Alcalà, donde la estación ha pasado a ser un apeadero, sin ningún servicio.