La dimisión irrevocable del presidente de la Junta Local Fallera de Benicarló, Rubén Mundo, ha convulsionado el panorama fallero de la ciudad y el seno de la entidad. A mediodía de ayer, al menos 11 de los 26 miembros que integran el máximo órgano regulador de las Fallas benicarlandas seguían la estela del que hasta el momento lideraba el organigrama y presentaban de forma voluntaria su renuncia a los cargos que desempeñaban, “en apoyo a Rubén y para no ceder a las exigencias de los presidentes de las distintas comisiones”, apuntaban.

Tampoco se descartó que, en las horas siguientes, se pudieran presentar más bajas. El motivo de la deserción hay que buscarlo en el error de protocolo que se produjo el pasado sábado, en el acto de despedida de las falleras mayores del 2015, al no ceder la palabra a la alcaldesa, Xaro Miralles, para clausurarlo. Algo que fue muy criticado por los presidentes de las agrupaciones josefinas locales, que exigieron a Mundo comparecer públicamente ante los medios para pedir disculpas.

Sin embargo, el ya expresidente de la entidad, que no está dispuesto a claudicar ante tal requerimiento, en su carta de dimisión aseguró que el error “se ha intentado subsanar mediante disculpas personales y por escrito a la alcaldesa”, a la vez que aseguró que fueron aceptadas por la máxima autoridad municipal.

solo cinco meses // El mandato de Mundo ha sido uno de los más fugaces de la historia de las Fallas de Benicarló, solo superado por Antonio Ruiz, que apenas duró una semana en el cargo y fue elegido presidente de la Junta Local Fallera en mayo del 2011, en unas elecciones no exentas de polémica. La elección de Mundo se hizo efectiva el pasado 18 de mayo en la asamblea general del ente, sucediendo en el cargo a Luis Ezquerra, quien le pasó el testigo después de ostentar la presidencia también por un corto espacio de tiempo, solo un año. Así pues, su trayectoria al frente del ente apenas ha durado cinco meses. La situación ha generado una importante crisis en el seno de esta entidad festiva. H