Las miradas estaban puestas este miércoles en el reloj de Ca la Vila. Ocho minutos retrasado de la hora correcta, demoró también el inicio de la tercera jornada taurina de las fiestas de Santa Quitèria de Almassora, que alcanzó el ecuador de la feria con el mismo ritual de todos los días para acoger una doble exhibición vespertina.

Abrió tarde el toro de La Palmosilla después de que la reina (Paula Cubertorer) y las damas (Alba Caravaca, Irene Delgado, Mónica Moral y Andrea Sánchez) desfilaran desde la plaza de España a la Vila con las tradicionales carros de caballos. Se entretuvo a la salida por la puerta grande el de las peñas El Polp, El Bocao, Gamusinos, Pirula, La Jerga, El Deklive, La Trieka y La Kliba, y atendió a Julián Marín en las dos rodadas que brindó sobre la arena.

A posteriori, Gorrón se hartó de asfalto e hizo suyas las calles en una exhibición que tuvo dos partes bien diferenciadas, una primera en la que iba más suelto y una segunda en la que demostró más fijeza, rematando en los barrotes y entrando a los cites.

De Gentil solo tenía el nombre el segundo de la tarde. De hecho, no lo fue ni con César Palacios, mítico recortador local y ayer, además, anfitrión. El astado de El Soldado salió sin ganas de hacer amigos y pasó de Palacios y de lucirse ante los tendidos de la plaza Mayor, llenos un día más. El animal, financiado por las peñas San Fermín, T’Empujen, Amigues del Bou, Maracay y El Retiro, recorrió con un trote chochón el recinto taurino. Un comportamiento que mantuvo ya sobre la arena. La anécdota fue cuando arrancó uno de los burladeros de una casa de la calle San Joaquín.

La jornada taurina comenzó con la entrada de vacas de la ganadería de Miguel Parejo, de Cabanes, y la posterior prueba de los animales por la Vila. El ganado de Parejo resultó vencedor del concurso de la feria del Roser, por lo que la Comissió del Bou de la Junta Local de Fiestas (JLF) volvió a contar con su participación en el ciclo de Santa Quitèria.

ENCIERRO INFANTIL

Precisamente, la JLF patrocinó también el encierro infantil de carretones en el recinto taurino, al finalizar las exhibiciones vespertinas. Los más pequeños se concentraron en la calle San Vicente para emular las carreras por las calles de Pamplona en la Vila de Almassora.

Los mozos concluyeron la entrada en la plaza Mayor, que volvió a acoger a los aficionados a partir de las 23.30 horas para las emboladas de los toros exhibidos por la tarde, que contaron también con alta participación.