Frente común por la N-232 y la A-68. Ese es el punto principal del histórico Acuerdo de Morella, firmado ayer en la capital de Els Ports por una treintena de representantes institucionales para desbloquear la situación de esta carretera “maldita”, como se la ha denominado de forma recurrente. En el documento, apoyado por diversidad de cargos de Castellón y Teruel que forman parte del eje Alcañiz-Morella-Vinaròs, por donde pasa el vial, se especifica que se realizarán “las gestiones necesarias para exigir al Ministerio de Fomento un compromiso firme en la mejora de la N-232”.

Los firmantes, de diverso signo político, exigen al Gobierno “una tramitación rápida, consignación presupuestaria y un calendario de actuación urgente”, en una obra que, aseguran, “nos atañe y debe comprometernos a todos”.

Para defender estas exigencias se ha creado una delegación, de la que forman parte los alcaldes de Morella, Rhamsés Ripollés; y de Monroyo (Teruel), José Ramón Guarc, municipio que ha sufrido numerosos retrasos en las obras del tramo que pasa por la localidad. Ambos se reunirán próximamente con representantes del Ministerio de Fomento.

Durante el encuentro se destacaron las nuevas líneas de colaboración entre la Generalitat y el Gobierno de Aragón en este asunto. Lo confirmó el nuevo director general de Obras Públicas, Carlos Domingo, quien destacó la “importancia de mejorar esta carretera”, así como el compromiso de la consellera María José Salvador, “quien pidió el miércoles al secretario de Estado de Infraestructuras y le solicitará próximamente a la ministra de Fomento que incluya esta obra como prioridad en los presupuestos del 2016”. Por su parte, su homólogo en el Gobierno aragonés, José Gascón, apuntó que “se plasma la necesidad de avanzar en este eje estructural de las comunicaciones de Aragón al Mediterráneo, empujando todos juntos para demandar que no solo se presupueste sino que, además, se ejecute”.

El anfitrión de la cumbre y alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, insistió en el consenso de los asistentes, independientemente de las siglas políticas, a la hora de exigir hechos para mejorar la N-232, “que, para un territorio afectado dramáticamente por la despoblación, es una infraestructura trascendental para su futuro”. H