Llegó el día. El Ayuntamiento de Almassora había anunciado que el primer simulacro con población ante una emergencia por accidente en el polígono del Serrallo se llevaría a cabo en enero. Pero no avisó del día ni de la hora, para que no perdiera su efectividad, y la sirena de alerta de confinamiento que durante unos minutos sonó en el distrito marítimo almazorense pilló por sorpresa a más de un residente, tal y como quedó constatado en el aluvión de comentarios registrado en las redes sociales.

No obstante, la rápida movilización de los efectivos --en 10 minutos--, en los ocho puntos de seguridad situados en las vías de acceso a la zona para regular el tráfico e informar a la ciudadanía, propició que la prueba, que duró 52 minutos, culminara «con éxito». Así valora la alcaldesa, Merche Galí, tanto la reacción de la ciudadanía como los tiempos de respuesta de las fuerzas de seguridad que se implicaron.

«Este ejercicio ha demostrado que estamos preparados», afirma con rotundidad Galí tras la recreación organizada por la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (Avrse) con la colaboración de los ayuntamientos de Almassora y Castellón y la Subdelegación del Gobierno. El ejercicio se realizó en una zona cuyo censo poblacional en estas fechas ronda las 2.000 personas empadronadas, cifra que se triplica hasta llegar a los 6.000 en verano. Sirvió para activar por primera vez las sirenas de aviso en el distrito marítimo, además de para que «los residentes conozcan cómo suena realmente una alarma de confinamiento e identifiquen los sonidos», que pueden conocerse a través de la web del 112, como destaca la jefa de Planificación de la Avrse, Mercé Trullén.

A las 10.02 horas se produjo la llamada de aviso al 112 por accidente tóxico. Rápidamente, se activó el plan de emergencias exterior en el polígono y las viviendas cercanas en un radio de 1.280 metros y el Centro de Coordinación Operativa Municipal (Cecopal) se constituyó en 20 minutos. «Hubo casos en los que salieron coches de casas y la policía informó a conductores y viandantes que permanecieran en el domicilio», pues «en un caso real se cortarían los caminos», indica el edil de Seguridad, Roger Beltrán.