El 3 de diciembre de 1992, más de 40 personas procedentes de la antigua Yugoslavia llegaron a Almassora, donde fueron acogidas como refugiadas e instaladas en el albergue municipal de Santa Quitèria. La entrega de la población para que estas 17 familias tuviesen ropa y alimentos, pero también se sintiesen como en casa, fue ejemplar. Esos gestos de humanidad han sido los que hoy, 25 años después, ha querido celebrar el Ayuntamiento de Almassora con un homenaje a acogidos y acogedores.

La edil de Servicios Sociales, Diana Belliure, y la portavoz de la comunidad Bosnia, Svetlana Krznaric, han descubierto la placa conmemorativa que lucirá a las puertas de la instalación en la que los recién llegados se alojaron durante los primeros meses. Un nutrido grupo personas ha asistido a un emotivo acto a las puertas de la ermita, que también ha servido como lugar de encuentro para aquellos que llevaban años sin verse.

“Vuestra actitud de agradecimiento, vuestro afán de integración y vuestro trabajo por contribuir a hacer crecer el municipio han sido fundamentales para que vecinas y vecinos guardemos un grato recuerdo de vuestro paso por Almassora”, ha recordado la primera teniente de alcaldesa, Susanna Nicolau.