Un gran macho montés habita desde hace unos días por los aledaños del casco antiguo de Morella. Su presencia se ha convertido en habitual en zonas próximas a las murallas y al castillo. El animal, que merodea por el paseo de la Alameda y les Roquetes del Puig, luce una cornamenta imponente.

«Por los medrones de los cuernos y el tono de la piel, tendrá unos 11 ó 12 años. Y, por la cornamenta, sería una medalla de plata en la clasificación de los premios de caza», señala el guarda Joan García Lizondo.

CONVIVENCIA TRANQUILA

El animal, acostumbrado a la presencia humana, no se espanta en exceso ante los vecinos que pasean por la zona. Unos ciudadanos que hace unos años, como informó Mediterráneo, ya se sorprendieron con la llegada de Espartero, otro macho montés que permaneció en la localidad durante unas semanas.

Su presencia en esta zona estaría justificada por la existencia de comida. «En esta época del año los machos se preparan ante la llegada del celo, en unas semanas. En la Alameda puede encontrar más hierba que en otras zonas que debido a la intensa sequía no tienen tanto alimento», apunta García.

Desde el consistorio siguen también de cerca las andanzas del nuevo vecino. En este sentido, trasladan un mensaje de tranquilidad, pues no reviste peligro para la ciudadanía. «Otras veces ya hemos tenido cabras. Este caso es todavía más especial por la tranquilidad que muestra el animal», apunta el edil de Desarrollo Rural, Rafael Pallarés.

Con todo, ha causado el sobresalto de algún vecino. «Iba paseando con mi perra y, de repente, escuché un ruido detrás de mí. Al girarme, vi al macho que corría a menos de 20 metros», relata Mario Martí. En la misma línea, David Gil caminaba con su mujer y su bebé de 11 meses cuando se quedaron «estupefactos» al ver cómo iba hacia ellos «con dos pequeñas cabras». «Cuando estaban a apenas cinco metros, por suerte, cambiaron de dirección», añade.