Investigadores del Instituto Cavanilles de la Universitat de València (UV) han descubierto la coexistencia de una gran diversidad de microalgas simbiontes en los talos de los líquenes, un trabajo que abre nuevas vías a la investigación evolutiva, medioambiental y biotecnológica. Esta aportación, que acaba de publicar la revista Plos One, desmonta el viejo paradigma de que los líquenes son asociaciones simbióticas entre un hongo y un alga, concepto modificado también hace pocos meses por el hallazgo de levaduras en estos microecosistemas, según un comunicado de la UV.

Los investigadores han secuenciado el genoma completo del alga denominada Trebouxia sp TR9, la más resistente, a partir de una población de la Sierra de El Toro.

«Muchas de las especies encontradas y desconocidas hasta ahora tienen aplicaciones biotecnológicas de primer orden», señalan los investigadores del proyecto, que añaden algunas de ellas «son productoras de auxinas, que actúan como biofertilizantes naturales». De hecho, la importancia ecológica de los líquenes está demostrada científicamente desde hace décadas, según señalan las mismas fuentes.