Faltaron estudios previos en el proceso de concesión del proyecto Castor. Así lo determina el informe elaborado por el Instituto Geológico Minero y el Instituto Geográfico Nacional, que fue encargado por el Ministerio de Industria después de detectarse sismos de gran magnitud en el Maestrat. El documento indica que la actividad gasista “ha acelerado un proceso sísmico, ya existente en la zona, y que no estaba previamente caracterizado”.

Además, considera que el origen no se halla en la falla de Amposta, como se pensaba en un principio, sino en otra diferente no cartografiada “para la que hubiera hecho falta un estudio específico para su identificación, a cargo de geólogos con experiencia en sismotectónica”. También se hace referencia a la necesidad de elaborar nuevos análisis para profundizar en esta cuestión.

Según el texto, “todo indica que el origen de la serie sísmica tiene una relación directa con la inyección de gas al proyecto Castor”. La conclusión final asegura que “la sismicidad inducida es el resultado de la actividad gasista que, a su vez, ha acelerado un proceso sismotectónico con acumulación de esfuerzos ya existente en la zona”.

En este sentido, según el actual Mapa de Peligrosidad Sísmica de España, la zona en la que está situada la plataforma se corresponde “con el valor más bajo” de peligro. Aunque el mismo informe también afirma que “el impacto de sismicidad inducida no se tiene en cuenta en estos mapas”, por lo que “se debería estudiar para el caso de emplazamientos que puedan generarla”.

TERREMOTOS // Aunque la inyección de gas en el Castor se inició el pasado mes de junio, hasta el 5 de septiembre no se registró ningún seísmo. Pero entre esta fecha y el 15 de octubre se produjeron 512 movimientos, 15 de ellos sentidos y que llegaron a los 4,2 grados de magnitud en la escala de Richter. El dosier reza que “es habitual que en las series sísmicas que se producen en zonas donde la población no está acostumbrada a sentir terremotos, inicialmente se reciben muy pocas encuestas” e incluso “como en este caso, el Ayuntamiento no tenía constancia de que hubieran sido sentidos”. Según el informe, esto se debe “a que las pequeñas vibraciones, balanceos o ruidos se atribuyen al paso de un camión, a un golpe en la casa de un vecino o a problemas de salud”.

Los alcaldes de Vinaròs, Benicarló y Peñíscola mostraron a este diario su rechazo a que la planta retome su trabajo. Tras la publicación del informe, el Ministerio de Industria todavía no se ha pronunciado. H