Posiblemente si se afirma que la trachemys scripta elegans se está convirtiendo en un serio problema para Benicarló, quizá solo los biólogos y expertos en fauna alcancen a comprender la gravedad del asunto.

Pero al referirse a las tortugas californianas, jicotea elegante, galápago de Florida, o su denominación más popular, la tortuga de orejas rojas, todo el mundo sabrá de qué se trata. Esta especie de tortuga semiacuática, altamente voraz, ha hecho del humedal del Barranquet su hábitat.

Actualmente, su presencia es masiva y se ha detectado una superpoblación alarmante. Tratándose de una especie incluida en el catálogo de especies exóticas invasoras de España, estos ejemplares están poniendo en serio peligro el equilibrio del ecosistema de la zona. Los galápagos más jóvenes y crías son carnívoros y varios vecinos del lugar dan fe de ello. “Hemos visto cómo devoran polluelos y peces”, aseguran. A medida que alcanzan más edad, su dieta se transforma y diversifica y, en plena madurez, se decantan por alimentos vegetales.

El concejal de Medio Ambiente, Ximo Bueno, aseguró que tomarán las medidas pertinentes para erradicar la elevada densidad de población. El responsable municipal hace un llamamiento al sentido común, pues tras la presencia de estos animales está la mano del hombre. “Hace años no había tortugas en el Barranquet, pero algunos que las tienen como mascotas las abandonan sin pensar en las consecuencias cuando crecen o enferman”, apuntó.

AGRESIVAS // El edil señaló que se pondrá en contacto con un organismo autonómico especializado en su captura, pues “se trata de un animal muy agresivo que no se deja cazar fácilmente”. Los vecinos corroboran esta tesis, al afirmar que “llegan a intentar morder si te acercas mucho”.

No es el único lugar de Benicarló donde existe sobrepoblación de esta especie invasora, pues también hay un problema similar en la Basseta del Bovalar, donde su arraigo pone en peligro algunas especies endémicas del humedal. H