El Ayuntamiento de l’Alcora ha trasladado a la Conselleria de Cultura el expediente de solicitud de declaración de bien de interés cultural (BIC) para la Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda. El arquitecto Joaquín Cabrera fue el encargado de elaborar el informe catálogo que acompaña a la petición.

La obtención de esta figura para el inmueble es «un paso muy importante en el proceso de proteger, poner en valor y distinguir en su justa medida la emblemática manufactura», según el primer teniente de alcalde y edil de Patrimonio, Víctor Garcia.

La propuesta está motivada por la «gran relevancia» y el «indudable interés» del edificio en el que hace casi 300 años comenzó a fraguarse la identidad actual de la población y en el que nació el sector cerámico provincial. «No se entendería la pujanza de la industria azulejera de Castellón sin la Real Fábrica, un elemento único del patrimonio industrial valenciano», manifiesta el edil.

ARGUMENTOS // Garcia se muestra convencido de que la construcción cuenta con «elementos más que suficientes para hacerse acreedora del reconocimiento», destacando las naves fundacionales (1726-1727) y tres grandes hornos árabes de doble cámara, de finales del siglo XVIII, en perfecto estado de conservación.

Esta distinción como BIC, «además de contribuir a darle una mayor protección y difusión, facilitaría el acceso a ayudas económicas para su rehabilitación y la consiguiente promoción». Fuentes municipales indican que los responsables de los servicios territoriales de Cultura en Castellón han acogido con gran interés la documentación presentada y confían en que la Real Fábrica logre el importante título en un «breve plazo de tiempo».

intervención inicial // El Ayuntamiento solicita una subvención de 60.000 euros a la Generalitat para acometer una primera actuación en el edificio este año, centrada en el acondicionamiento y puesta en valor de los hornos árabes. Una subvención que se sumaría a los 130.000 euros anunciados por el conseller Vicent Marzà para el 2018.

En la memoria valorada del proyecto, redactada por Cabrera, se explica que las máquinas térmicas construidas en ladrillo cerámico, «se encuentran aún en buen estado de conservación y constituyen una verdadera joya de la arquitectura en ladrillo cerámico y ejemplo de construcción e industria sostenible».

Además, el informe indican que es «el exponente más significativo de la conexión entre la loza y el sector de la azulejería moderna, por lo que se justifica su restauración, conservación y rehabilitación para nuevos usos».

De esta manera, el proyecto de rehabilitación y consolidación de los hornos para hacerlos visitables contempla las siguientes acciones: limpieza general, apuntalamiento de la estructura restauración, demolición de elementos impropios y realización de sondeos arqueológicos en la zona.