L’Alcora se convirtió ayer en el epicentro de un terremoto de 2,5 grados en la escala de Richter, según informó el Instituto Geográfico Nacional. El seísmo se produjo a las 6.30 horas y a 11 kilómetros de profundidad en el noroeste del municipio, en sentido hacia Vilafamés. Aunque fue percibido por numerosos vecinos, ni la Policía Local ni los efectivos de emergencia recibieron llamadas de alerta o pidiendo información debido a que no se lamentaron daños personales o materiales.

El experto del instituto nacional Emilio Carreño aseguró que “es raro que las personas sientan un fenómeno así, aunque ha sido percibido por las estaciones geométricas de toda la península”, y advirtió de que “habrá réplicas de una intensidad menor que, en cambio, sí se sentirán al estar todos los vecinos alerta”.

La alcaldesa de l’Alcora, Merche Mallol, manifestó haberse dado cuenta del movimiento y matizó que “la ciudadanía puede estar tranquila, ya que, según los técnicos, ha sido algo excepcional, la zona no es propensa, no hay ninguna situación de riesgo y, en caso de haber réplicas, serían más leves que el primer temblor”.

El cronista oficial de la localidad, José Manuel Puchol, añadió que es la primera vez que tiene constancia de que l’Alcora sea el epicentro de un terremoto. El último movimiento de tierras en la provincia, según Carreño, fue en 1839 en Segorbe, aunque en esta ocasión la magnitud fue muy superior, entre 4 y 5 grados. H