La escasez de lluvias durante el verano y el comienzo del otoño se ha cobrado una nueva víctima: la trufa. Uno de los cultivos más apreciados del mundo, a tenor de su exquisito sabor y su elevado precio, se verá mermado en Castellón este año pese a que la provincia es una de las líderes a nivel nacional en producción.

Otro año más, la meteorología ha sido adversa y la recolección caerá a las puertas del inicio de la campaña. El presidente del Consejo Regulador de la Trufa de Morella, Jorge Membrado, explica que este hongo “tiene un ciclo de desarrollo de ocho meses y la sequía en dos de ellos afectará bastante a la cantidad final”. La prueba de fuego será el día 18 de noviembre, cuando se celebre el primer mercado especializado en la capital de Els Ports “y se comprobará hasta qué punto el tiempo ha sido adverso”, indica.

No obstante, hay un halo de esperanza, ya no en cuanto a cantidad, sino a calidad. “Las precipitaciones de estos días y las que posiblemente vengan incidirán en la calidad de las trufas. Las que se hayan salvado estarán húmedas y eso redundará en la mejora de su aroma y su calidad, no en su tamaño o proliferación”, señala Membrado al respecto.

En cuanto a las plantaciones, asevera que “desde luego no es lo mismo la tierra que un vivero y, si la sacas de su hábitat es posible que no aguante mucho”.

Por otro lado, el asesor de la Diputación en agricultura Ramón Tomás indica que “las tormentas habituales de finales de agosto y principios de septiembre son importantes para su desarrollo, aunque este problema también se ha detectado en otros puntos de las provincias limítrofes.

No obstante, también se puede hablar de una parte positiva en este sentido, “ya que es cierto que ha hecho mucho calor, pero también que no han caído las temperaturas en exceso, por lo que el frío no las ha helado”, detalla.

Asimismo, asegura que el hongo castellonense es uno de los más apreciados en España “e incluso a nivel mundial por su insuperable sabor y excelente calidad y en ello hay que seguir trabajando incentivando las producciones y otras iniciativas”.

PRECIO VARIABLE // Una de las características más reconocibles de las trufas es, sin duda, su elevado precio, lo que las convierte en algunas ocasiones en un producto de auténtico lujo. En este sentido, quien marca su valor es Francia, el primer productor mundial. Según Membrado, “el mercado va regulado por este país, y, desde luego por cómo va la campaña”.

Así, dependiendo de la cantidad que se recoja la cifra fluctuará “porque siempre es un mercado muy voluble”, asegura.

En cuanto al impacto económico en la provincia, Ramón Tomás añade que “muchas familias viven de este cultivo y es un sector que no se debe de olvidar, sobre todo en el Palancia y en Els Ports, las grandes zonas productoras de Castellón”. Teruel, Soria, Girona o Cuenca son otras provincias líderes en la producción. H