Ayer la vuelta al ruedo fue para el maestro Pepe Luis Vázquez; pero no sobre la arena de Almassora, sino sobre el albero de su Maestranza como homenaje póstumo. Sevilla se quedaba huérfana del torero que consiguió fusionar el arte de la Escuela Sevillana con la técnica de la Rondeña.

Huérfano también era el José Luis Pereda que ayer abrió la tarde en la Picaora. Sin embargo, al número 11 lo adoptaron a su salida del cajón Raulillo y El Bicho al alimón. El ejemplar respondió a los cites con nobleza ante sus patrocinadores: La Pau, Bugs Bunny, Pensat i Fet, Amics, Més que amics, Om Blanch, Suso, Gandia y l’Engravà. Templanza demostraron El Pincho y César Palacios con el Luis Algarra que salió en segundo lugar. La res, de El Duro, T’Empujen, La Tregua, La Tabarra y El Racó, se movió muy bien.

Torero de la calle es Borja Gimeno que, además, era anfitrión de Blanquito. El de Núñez del Cuvillo, de El Trasto, cumplió bien y la plaza Mayor se convirtió en un improvisado coso para el novillero local Jonathan Varea. El toro dio un susto a un aficionado, al que dio un puntazo en el glúteo derecho, pero pudo irse a casa. H