El Mercat de la Mar de Burriana no consigue recuperar todo el esplendor y afluencia de visitantes y vendedores que tenía antes de su paralización, hace año y medio. El próximo fin de semana se cumplirán dos meses desde la reapertura, pero no ha sido tiempo suficiente para levantar el vuelo. Ni siquiera los comerciantes ocupan todos los puestos de negocio.

De hecho, si el primer fin de semana comenzó el mercadillo extraordinario de los domingos con cerca de un 10% de las 260 paradas sin montar, el pasado domingo la cifra se elevó a unas 80, es decir, prácticamente el 30% de los vendedores no acudió.

LOS MOTIVOS

Las causas que esgrimen los propios mercaderes ambulantes son varias. Por una parte, «que aún hace falta un poco más de tiempo para que el boca a boca y la publicidad vuelvan a poner la prestación en línea».

Por otra, la exigencia municipal de que los comerciantes tengan «que llegar aquí a las 8.30 horas y el que no está, ya no entra». También relatan otros pequeños problemas de funcionamiento, como la diferencia de medidas entre el espacio asignado y el que ocupa el camión con la mercancía. Por unas cosas o por otras, en la actualidad, todas las calles tienen puestos de venta vacíos y eso a pesar de que hubo lista de espera para conseguir una plaza. Solo hace falta darse una vuelta para comprobarlo.

Pero tampoco el volumen de ventas es todavía el esperado, aunque este aspecto es algo que los vendedores esperan que se solucione con el paso de las semanas y la llegada de unas temperaturas que sean más agradables.

COMPETENCIA

De cualquier forma, lo que parece claro es que la presencia de dos mercados dominicales en alrededor de 10 kilómetros de distancia --Burriana y Mascarell-- no beneficia a ninguno de ellos y en la actualidad algunos empresarios siguen acudiendo a ambos para asegurarse el punto de venta en el momento de decidir con cuál de los dos se va a quedar finalmente.

Cabe recordar que el mercadillo nació en Burriana hace más de una década y, salvo el periodo estival que se celebraba en Almassora, el resto del año tenía lugar en la explanada anexa al párking de la playa del Arenal.

En junio del 2015 se marchó, como cada verano, a la población vecina, pero ya no regresó hasta enero de este 2016. Lo hizo como un mercado gestionado de manera municipal, con restricciones y una alta precaución por los residuos que genera, especialmente, los plásticos, con la intención de evitar que llegaran al mar.

No obstante, para entonces ya estaba en marcha el mercadillo de Mascarell. Una cita que también ha perdido parte del éxito que tuvo en un principio.