Un referente del turismo de la provincia como Morella no cuenta, a día de hoy, con locales que brinden oferta de ocio nocturno. Una situación que preocupa al Ayuntamiento y a los empresarios de la zona, pero también a los padres que ven como sus hijos tienen que salir fuera de las murallas para buscar la fiesta, lo cual les obliga a coger el coche.

Discotecas históricas como el Bisgargis --que sumó más de 40 años de trayectoria--, la Memphis Belle de finales de los 90 y principios del siglo XXI, o pubs como el de la antigua disco del Mesón del Pastor, o el emblemático Dada ubicado en un antiguo palacio. Todos ellos han echado el cierre.

El cambio de hábitos, la crisis económica o la despoblación rural que sufren las localidades del interior son algunos de los motivos que explican esta situación. Efectos colaterales que dejan a Els Ports, actualmente, con solo un punto oficial de ocio nocturno: el pub Manyà, en Vilafranca.

Ante ello, los bares intentan cubrir esta carencia que se maquilla en los días en los que se organiza una orquesta, o en celebraciones concretas del calendario anual. Un ejemplo fue el pasado carnaval morellano, el primero en el que se impulsó una actuación musical en el Espai Firal, que fue todo un éxito, con el impulso del Gremi de la Joventut.

SOLUCIONES // «Es un tema complicado porque son empresas privadas y decisiones que se escapan al consistorio. Estamos preparando una reunión con el Patronato de Turismo para estudiar implementar actividades y otros posibles apoyos», según apunta el alcalde, Rhamsés Ripollés.

Desde la directiva de la Asociación de Empresarios de Morella y Comarca (Asetmico) valoran que: «Es una lástima, porque este tipo de ocio es un componente más de la oferta turística. Nos afecta a todos, al haber un segmento que busca, entre otros servicios, salir de fiesta. Perdemos desde pernoctaciones, hasta consumo en tiendas, bares y restaurantes».