Más de medio millar de personas se disfrazaron en Vall d’Alba para encarar, en un ambiente colorista y divertido, la recta final de sus festejos del mes de agosto, que se están desarrollando con gran éxito de público y una perfecta organización: «Los vecinos son los verdaderos protagonistas de las fiestas patronales», explicó la alcaldesa de la localidad, Marta Barrachina, quien también participó activamente en el singular carnaval en el que se convirtieron las calles.

Centenares de valldalbenses quisieron formar parte de la noche de disfraces, a través de las 38 peñas inscritas, algunas incluso con más de 40 miembros; aunque también hubo muchos residentes que, de manera independiente, abandonaron sus indumentarias habituales para convertirse en todo tipo de divertidos personajes e inundar las calles de color y diversión.

Entre todos los grupos que tuvieron cabida en este tradicional evento, se sortearon una serie de regalos, que fueron todos patrocinados por el Ayuntamiento. No se trató de una prueba competitiva, es más, el consistorio «valora y agradece el esfuerzo de todos para convertir nuestras vías en un entretenido carnaval», señaló la primera edila.

Así, con un buen humor y un excelente ambiente de hermandad, el municipio encara la recta final de unas festividades dedicadas en honor a San Juan Bautista y la Inmaculada Concepción que, sin lugar a duda alguna, y según afirmó Barrachina, «se están caracterizando por ser unas celebraciones con mucha popularidad y participación».