Vinaròs sufrió ayer un nuevo desprendimiento de acantilado de su litoral. Si hace unos días ya cayó parte de una cala de Sol de Riu, en esta ocasión, el derrumbe ha sido en un tramo del otro extremo, en la costa turística sur.

El suceso se produjo, concretamente, en la zona de la conocida como Cala Puntal, que ya estaba muy afectada por la erosión marina, y ha tenido lugar en una decena de metros de parte del vial peatonal que está asfaltado, dejando este paso reducido a poco más de dos metros de los jardines de unas viviendas unifamiliares.

«La erosión ha causado una gran cueva que ha originado nuevos desprendimientos y ponen en peligro casas que están en primera línea de mar. Hemos pasado ya el correspondiente informe a la dirección general de Costas, que nos ha comunicado que, de momento, instalemos una valla de madera en la zona para evitar riesgos a los peatones», explicaba ayer el edil de Obras y Servicios, Guillem Alsina. «Espero que dispongan de recursos para que haya una actuación inmediata, porque este derrumbe ya no ha sido en una servidumbre de paso, sino que está afectando a propiedades privadas donde habita gente y corre riesgo», añadió el edil.

Tras el Carnaval, el consistorio vinarocense tiene previsto realizar actuaciones en la biblioplaya y el paseo marítimo para llegar a Semana Santa teniendo las calas y playas en buenas condiciones.

Costas, tal como explicó en su día Alsina y ratificaron desde la Delegación del Gobierno, no actuará en la caída de rocas de Sol de Riu al tratarse de una zona de paraje natural y que ha afectado a un paso de servidumbre, aunque el edil socialista consideró que algo debería hacerse, al tratarse de un área de paso peatonal que está junto al mar, en un sendero que debería estar en mejores condiciones. «Nosotros, en previsión, delimitaremos las zonas más críticas, tal y como hemos hecho en el puente de Les Salines», señaló el concejal.