La primera teniente de alcalde de Benicarló y concejala de Bienestar Social, Participación Ciudadana y Sanidad, Sarah Vallés, ha dimitido de sus cargos como número dos del PP de la localidad, como reacción a la decisión del consistorio de derribar el chalet ilegal de su tío, acatando una sentencia del Tribunal Constitucional. “Después de una legislatura difícil y una situación personal complicada, he llegado a la conclusión de que este no era mi sitio”, señaló ayer la edila, quien presentó su renuncia en el pleno urgente celebrado en la localidad, aunque se ausentó de la sesión.

Tras conocer la decisión, el alcalde, Marcelino Domingo, se pronunció de forma escueta y taxativa: “Ha hecho lo correcto”. La medida adoptada por Vallés, quien también ejercía la presidencia del Organismo Autónomo de Centros Especializados (OACSE), llega después de que el controvertido derribo de esta casa haya generado una crisis en el seno de la corporación municipal.

El inmueble, como informó Mediterráneo, se construyó sin solicitar los permisos y licencias pertinentes sobre una parcela que tenía la calificación de suelo no urbanizable. La decisión judicial llegó tras un largo proceso iniciado a raíz de la denuncia de un vecino. El caso llegó a la Audiencia Provincial de Castellón, que finalmente, resolvió condenar al acusado a tirar lo ilícitamente construido y a reponer la parcela a su estado inicial.

El fallo se hizo público en el mes de julio del 2011. Sin embargo, la sentencia no se ha ejecutado hasta ahora. Al no emprender la actuación el acusado, y por requerimiento del juzgado de lo Penal, ha sido el propio Ayuntamiento el encargado de tramitar la demolición del inmueble, que deberá costear el acusado.

11 requerimientos // Desde el pasado mes de abril, cuando se iniciaron los trámites para la contratación de una empresa de demoliciones, hasta ahora, el consistorio recibió hasta 11 requerimientos de información del juzgado interesándose por el estado del dilatado proceso.

El hecho de que fuera uno de sus compañeros de corporación, el concejal de Urbanismo, Pedro López, el que firmase el acta del derribo y la fecha para su ejecución, supuso un jarro de agua fría para Vallés y desembocó en un enrarecimiento de las relaciones en el seno del consistorio.

defensa // La situación se agravó cuando, el pasado lunes, Vallés se posicionó claramente de parte de su tío, al ser uno de los familiares que permanecieron en el interior del chalet, momentos antes de que se procediera a su demolición. La Guardia Civil supervisó toda la actuación para evitar que se produjeran altercados.

El resto de concejales de la bancada popular han declinado hacer una valoración sobre la renuncia voluntaria de la que hasta ayer fue su compañera. Vallés no estuvo anoche ocupando su sillón en el pleno, junto al alcalde. H