El entorno protegido de la desembocadura del río Millars, entre las localidades castellonense de Almassora y Burriana, ha recibido la "inesperada y valiosa" visita de 75 pardelas baleares, las aves marinas más amenazadas de Europa, que se han alimentado de peces a unos doscientos metros de la costa.

El Consorcio de la Desembocadura del Millars ha informado de que fue el ornitólogo Virgilio Beltrán el que observó los ejemplares de Puffinus mauritanicus, considerada en "peligro crítico de extinción" en la lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).

El Catálogo Nacional de Especies Amenazadas la registra como en "peligro de extinción" y de hecho, la población mundial se cifra en unas 3.000 parejas reproductoras, según publica la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife).

La pardela balear únicamente cría en el archipiélago de las islas de Baleares, principalmente en la isla de Formentera, aunque durante sus desplazamientos marinos puede llegar al Cantábrico, golfo de Vizcaya o noroeste de África.

Únicamente se reproduce en las islas Baleares y en invierno normalmente viene en las costas de Valencia, Castellón y Tarragona para encontrar alimento.

"Precisamente en esta época, desde finales de diciembre, enero e incluso en febrero las encontramos buscando peces, prácticamente su fuente de alimentación en las costas de la Comunitat Valenciana y el sur de Cataluña", según Beltrán.

Las 75 pardelas baleares estaban nadando y pescando en el mar a unos 200 metros frente a la desembocadura del Millars y tras unos 20 minutos abarrotándose de pescado volaron en dirección norte.

Beltrán ha señalado que esta especie vuela normalmente agrupada en bandos y suelen hacer lo que los ornitólogos llaman trenes, "es decir, vuelan en fila india. Por eso es fácil contarlas".

"Pero cuando encuentran un lugar donde hay pescado que es básicamente su alimento, se concentran todas, amerizan y se dedican a pescar, se sumergen buscando el pescado y esta concentración muy grande de aves es lo llamamos una balsa", ha agregado.

Según el experto, "realmente es bastante habitual que descansen o pesquen mediante esta forma de balsa de concentración de aves".

Las pardelas baleares únicamente tocan tierra firme a la hora de poner los huevos y criar a sus pollos y su principal causa de muerte es la depredación que sufren por parte de ratas y gatos, dos animales introducidos "peligrosamente" en las islas donde crían por el ser humano.

La urbanización del litoral, la pesca accidental o la contaminación del mar por hidrocarburos también están detrás de su declive mundial.

"Hay unas pocas miles de pardelas baleares y están muy concentradas. Cualquier interferencia con ellas puede acabar con buena parte de la población mundial. Están en peligro crítico porque sufren mucho las acciones humanas como la pesca profesional con la técnica del palangre, la urbanización masiva de la costa y la contaminación lumínica que descubre el emplazamiento de sus nidos a los depredadores o llega a despistar a las aves", ha apuntado.