El volteo de las campanas anunciaba a los vecinos de Orpesa y sus miles de visitantes que, ayer, era uno de los días grandes de la localidad. El 25 de julio está marcado en rojo en el calendario de los orpesinos. Y es que la devoción que profesan por Sant Jaume llega en esta jornada a su momento álgido. Un cariño que se demostró, poco antes de mediodía, con la misa dedicada al santo en la que no faltaron las autoridades encabezadas por el alcalde, Rafael Albert; el edil de Fiestas, Dimas Albert; la reina de los festejos, Claudia de la Cruz, y sus damas.

Esta era una de las citas obligadas en un programa festivo en el que no faltaron los astados. Eso sí, esta vez, dedicados especialmente para los más pequeños de la casa, con el encierro infantil a cargo de Bou per la Vila.

Ya por la tarde, los aficionados taurinos disfrutaron también de la exhibición de toros y vaquillas de la ganadería de Tomás Alejandro, Tomaset, y de la suelta de ejemplares de Bous La Ribera. Un momento en el que los presentes comentaron el éxito del encierro de 10 embolados vivido la madrugada anterior. Las reses de Fernando Mansilla lograron llenar, de nuevo, el aforo del coso orpesino en una velada única.

La jornada acabó con el baile amenizado por la orquesta Zeus.

Hoy regresan los encierros, las exhibiciones taurinas, las citas gastronómicas y las deportivas, con la travesía Platges d’Orpesa y la Regata San Jaime. H