Gastronomía, actuaciones musicales y el folclore más arraigado y popular fueron las propuestas que se incluyeron en la programación de la jornada de ayer en las fiestas patronales de Burriana, en honor a Sant Blai.

La Terraza Payá acogió la séptima edición de la conocida y multitudinaria Festa de les paelles. Como en las ediciones anteriores, más de 1.000 personas se concentraron a lo largo del día en los alrededores para cocinar la paella, aunque también hubo quien prefirió llevarla ya preparada para comérsela allí, con la ambientación musical del Grupo Wonder, que amenizó no solo la tarde, sino hasta ya caída la noche.

Se trata de un evento que se ha consolidado dentro de la programación de Sant Blai y al que cada uno trata de acudir en mayor o menor medida, a pesar de tener otros compromisos. Ese fue precisamente el motivo por el que se vio a muchas jóvenes con el topo de fallera, ya que a última hora de la tarde tenían que vestirse con el traje regional para participar en la presentación prevista, pero no querían perderse el ambiente siempre distendido y festivo de las paellas, dado que los horarios lo hacían compatible.

Por la tarde, la cita era con el folclore más popular, con motivo de la XI Trobada de Gegants i Cabuts. Tras el pasacalle de estas figuras tan singulares, que recorrió el municipio desde la Casa de Cultura a la plaza del Ayuntamiento pasando por la Tanda, la avenida Tarancón, l’Escorredor, el Raval o el Pla, tuvo lugar el bautizo de las dos últimas incorporaciones de la colla burrianense. Se trata de Artal y Seidia. Su presentación en sociedad tuvo un protocolo propio de estos eventos. Plantados en el centro de la plaza, salieron sus padrinos, un gigante de l’Alcora y una giganta de Moncofa y, a continuación, dispararon un cohete de confeti.