La vida de Candela Romero Porres está plagada de grandes gestas que ha logrado con lucha y mucha humildad. Tras su frágil apariencia y dulce rostro, se esconde el corazón y la fuerza de una enorme guerrera que, a pequeños pasos, ha ido venciendo las injustas adversidades.

Si hace unas semanas, Candela y sus amigas Mariona y Daniela fueron las flamantes ganadoras del Premio Unicef Moviliza, por su solidaridad y capacidad de llevar adelante el proyecto de sus famosas pulseras, con las que han conseguido recaudar más de un millón de euros; ahora, junto a sus Chipirones, ha incorporado un importantísimo fichaje a su más que loable causa: el papa Francisco.

LOS DETALLES

Fue la misma Candela la que explicó personalmente al Santo Padre su proyecto Pulseras Candela para lograr fondos para ser destinados a la Obra Social del Hospital Sant Joan de Déu con el fin de apoyar la investigación sobre el cáncer infantil.

La emocionante vivencia de viajar al Vaticano y ser recibida por el papa Francisco pudo ser posible gracias a la mediación de la peña barcelonista Lombarda y, junto a sus familiares, amigos y compañeros de la octava planta, los Chipirones, compartieron unos momentos junto al Sumo Pontífice que, a buen seguro, no olvidarán jamás. «Candela volvió pletórica de felicidad, muy contenta», comentó la madre de la pequeña, al regresar a su casa, en Benicarló.

No es para menos, el papa Francisco escuchó con mucha atención la historia de superación y solidaridad de la pequeña, que empezó en el año 2013, cuando se le diagnóstico leucemia y una voluntaria, Carmen, le enseñó cómo confeccionar las pulseras para distraerse durante sus largas estancias en el hospital.

Luego, ella, al llegar a su localidad, les transmitió los trucos a sus amigas Mariona y Daniela y, con un cartón anunciando la oferta y una mesa de cámping, montaron su primera paraeta.

Apenas han pasado cuatro años, metros interminables de hilo y cientos de miles de pulseras enviadas por el mundo. Mensajeras de paz y esperanza que han llegado hasta la mano del Papa, al que colocó este complemento el pequeño Aleix. Esa mano que ha alzado para repartir bendiciones entre los niños que viven una realidad común que les hace especiales y que necesitan de heroínas como Candela para dar visibilidad a su constante lucha y enlazar con hilos de mil colores apoyos para la investigación.

Este fin de semana, Candela ha recibido el afecto y la solidaridad de sus vecinos en la representación que la Escuela de Teatro L’Escenari, que dirige Josi Ganzenmüller, realizó por el 20 aniversario de la entidad. La pequeña estuvo a su lado y la recaudación lograda se destinó al proyecto de las Pulseras Candela.