Rozando la medianoche llegó ayer uno de los actos más esperados de las fiestas patronales en honor a Sant Bartomeu de Nules, tanto por los peñistas como por los vecinos. Y es que numeroso público copó el recorrido del pasacalle de disfraces para no perder detalle de los originales atuendos, desde los más clásicos hasta los más atrevidos, sin olvidar a las peñas más mordaces, que aprovecharon este desfile festivo para hacer crítica a la vida política y social. Un año más, el colorido, la creatividad y la imaginación fueron la nota destacada de este multitudinario evento.

Con los disfraces aún puestos, la fiesta se trasladó a la calle Marc Antoni Ortí. El baile empezó con la actuación de la orquesta Camaleón. A continuación, la marcha siguió en el recinto de fiestas con una discomóvil, que hizo mover el cuerpo a los peñistas que aún tenían fuerzas. Y es que la semana de festejos ya está en plena recta final y el cansancio empieza a hacer mella.

Pero estos no fueron los únicos actos de la jornada, ya que por la mañana, el Jardí Botànic volvió a acoger actividades infantiles. A las 13.00 horas se abrió el recinto de fiestas y hubo una degustación de arroces, que fue una de las más concurridas de estas celebraciones. Y es que la zona del mesón está teniendo una muy buena acogida entre los vecinos y visitantes, atraídos por el buen ambiente y la habitual oferta gastronómica de tapas y bebidas.

Al igual que durante todo la semana, el bou per la vila no faltó y a las 19.00 horas se soltó a Canelo, un toro de la ganadería portuguesa de Palha patrocinado por la peña Pernía y Compañía. El animal dio juego y los recortadores y los aficionados arrancaron los aplausos del público congregado en los cadafals y en las gradas de la plaza Mayor, que, una vez más, se llenó hasta la bandera. H