El Ayuntamiento de Peñíscola y la compañía que gestiona el servicio de agua potable, Facsa, presentaron ayer las mejoras efectuadas en el depósito ubicado en la parte alta del casco antiguo. Una instalación que, a pesar de su reducida capacidad, con unos 800 m3, abarca la mayoría de viales del centro urbano.

Los trabajos comenzaron en octubre y finalizaron hace un mes. Una de las principales tareas fue el acondicionamiento de dos espacios independientes, de modo que el suministro no se detendrá de manera total en el caso de incidencias en uno de ellos. Además, han reforzado la impermeabilización y la renovación de todas las conducciones. La inversión total asciende a 80.000 euros.

El alcalde, Andrés Martínez, destaca «la relevancia del sistema de canalización en este entorno histórico, que ha contado con el manantial de la Font de Dins como una riqueza básica en el desarrollo socioeconómico de la ciudad desde hace siglos». Desde la empresa inciden en «la mejora de la calidad del servicio a la población que reside en esta zona». Anteriormente se hizo una profunda puesta a punto de otro depósito, en el Pou de l’Acampament, que tiene capacidad de 4.000 m3, para atender a las urbanizaciones y puntos de la costa norte más alejados y realizar labores de apoyo en la temporada de verano, cuando el incremento de residentes y turistas multiplica el consumo habitual.

CONTRASTE / Según reflejan los datos del consistorio, la media diaria de uso de agua potable en invierno es de 4.358 m3, mientras que en los momentos de mayor necesidad se multiplica hasta los 15.267. El almacenamiento de la parte antigua de Peñíscola, junto al templo de la Ermitana, se bombea desde la Font de Dins, cuyo agua procede del acuífero del Maestrat. Por este motivo, los métodos de extracción son económicos, lo que supone que este suministro sea de los más baratos de Castellón para el usuario.