El casco antiguo de Peñíscola vivió ayer la celebración del patrón de la localidad, Sant Roc. Una costumbre sencilla, pero que mantiene su esencia intacta, y que, además, anuncia el próximo comienzo del novenario y el arranque de las fiestas de la patrona, la Virgen de la Ermitana.

El primer punto de encuentro fue la parroquia de Santa María, con la misa y la asistencia de la reina y las damas, además de integrantes de la corporación municipal y vecinos. Posteriormente, la Agrupación Musical Papa Luna encabezó la comitiva por varias calles hasta la plaza de Sant Roc, donde la máxima representante festera del 2017, Alejandra Martín, depositó el ramo en la hornacina dedicada al patrón.

Para la reina y sus cortes de honor, esta será una de sus últimas comparecencias en el cargo, antes de que el 7 de septiembre, con el chupinazo anunciador de los festejos del 2018, se despidan en el balcón del Ayuntamiento, tras 12 meses llenos de actividad. El alcalde, Andrés Martínez, expresó por su parte que el día de ayer «forma parte de las tradiciones peñiscolanas» y agradeció la participación de los vecinos.

TEATRO DE CALLE / También el núcleo histórico fue el escenario de otra cita de la agenda veraniega, con una nueva sesión del ciclo de teatro familiar. En la plaza de acceso a los jardines del castillo se hizo la interpretación de la obra Cuento al revés. La concejala de Cultura, Raquel París, incidió en el que este evento «está totalmente consolidado dentro de la programación estival, y constituye un aliciente para aquellos visitantes que acuden con niños pequeños, además de dinamizar la parte monumental de la ciudad». Los dos próximos jueves vendrán las últimas funciones del año.