El puente festivo del Pilar no será el único aliciente turístico que tendrá Peñíscola el jueves. Justo en esa jornada hará escala en las inmediaciones del puerto el crucero Albatros, fletado por la compañía alemana Phoneix Reisen, dentro de un amplio viaje que lleva a sus ocupantes a algunos de los grandes destinos marítimos europeos.

Tras salir de Bremehaven el 27 de septiembre y recorrer las Azores, Tánger o Cartagena, los visitantes recalarán en la Ciudad en el Mar. Al no disponer de un puerto de las dimensiones necesarias para atracar directamente, el navío fondeará en las inmediaciones y serán unas embarcaciones lanzadera de menor tamaño las que desplazarán a los ocupantes hasta tierra firme.

La mayor parte de los turistas recorrerán con guías las calles del casco antiguo y sus principales muestras de patrimonio. Entre otras cosas, se les explicará la historia del Papa Luna, la importancia que tuvo el rodaje de la célebre película El Cid o fenómenos más recientes, como Juego de Tronos. Además, habrá un grupo que acudirá en autobús hasta Castellón. Según la información del propio crucero, verán el parque Ribalta, la concatedral de Santa María, la Llotja del Cànem o la recientemente restaurada fachada del consistorio. Otros tres colectivos estarán en València ese día.

OPERATIVO

El área de Turismo del Ayuntamiento ha estado trabajando en este operativo durante los últimos meses. Una de las medidas es la apertura de la oficina de información situada en el puerto --que ya había cerrado la temporada de verano-- con una persona que tiene dominio del alemán. También contarán con un punto de aduana, como es habitual en estas circunstancias.

Desde la compañía encargada de gestionar las excursiones indican a Mediterráneo que la elección del municipio «se debe al interés que tenían en ofrecer un destino diferente». No es habitual que Peñíscola sea escala de este tipo de turismo, por lo que una llegada de estas características le otorga un carácter de excepcionalidad.

En esta ocasión, el Albatros tiene una capacidad máxima de unos 800 pasajeros, mientras que la tripulación alcanza las 300 personas. Unas cifras semejantes a las del Black Watch, que la compañía británica Fred Olsen llevó en mayo del 2014. Previamente, en el 2007, llegó The World, una lujosa embarcación de 200 metros de eslora con turistas de elevado nivel económico que causó una gran sensación.