Las familias de Peñíscola que viven de la pesca celebraron por todo lo alto el día de su patrón, Sant Pere. La jornada incluyó la tradicional misa en la parroquia de Santa María; el recorrido de la peana del santo por el casco histórico; y el homenaje a los marineros fallecidos hace más de un siglo en el devastador temporal de la Candelera. El patrón mayor de la cofradía, Miguel Castell, las autoridades locales y la reina y damas estuvieron acompañados por el subdelegado del Gobierno en la provincia, David Barelles; y el capitán marítimo de Castellón, José Miguel Manaute.

ALTERNATIVAS // Uno de los momentos centrales fue la procesión marinera, que este año ha tenido que experimentar cambios, ante los impedimentos para que salieran las embarcaciones de arrastre por la parada biológica en junio y julio. Por ello, fueron las barcas de tresmallo las protagonistas, especialmente la embarcación Mero, que acogió la peana del santo, más los integrantes del cabildo y las autoridades. Para albergar a todas las personas que solían ir en barcas de pesca a acompañar a la procesión alrededor del tómbolo de Peñíscola se hizo un trayecto a bordo de una golondrina, que realiza recorridos turísticos.

Castell aprovechó para reivindicar el papel del sector: “Vivimos tiempos difíciles, y seguimos luchando por la gente que sigue queriendo vivir del mar”. De paso, pidió a las autoridades comprensión para impulsar esta actividad. “Llevamos tres años en los que las barcas han parado por la veda durante dos meses, y no hemos cobrado ayudas; y ahora esperamos percibir ayudas por 15 días”. También recordó que si desapareciera la pesca “habría otros colectivos afectados como gastronomía y turismo”. La cofradía entregó los cuadros que acreditan a los restaurantes de Peñíscola que apuestan por abastecerse del pescado local. H