El ambiente en la plaza de los Dolores ha vuelto, pero eso sí, con el tardeo. Lejos quedaron aquellos años de marcha hasta altas horas de la noche en este mítico espacio del casco antiguo de Benicàssim. Y es que años después del latigazo que sufrieron los pubs con la declaración de la ZAS (zona acústicamente saturada), que supuso el cierre de los locales nocturnos de la plaza, el sector de los hostelería renace reinventado gracias a la tendencia de salir por las tardes, antes de cenar, y a la gastronomía.

Una moda que empezó a tomar impulso con las tascas en Benicàssim, con locales pioneros en la calle La Pau como Lola, que propició la apertura de múltiples tascas, creando una zona con mucho ambiente y en un horario que resulta menos molesto a los vecinos. También está triunfando la hora del vermut, con el aperitivo antes de las comidas, en zonas como la plaza Constitución, con las actuaciones organizadas en Las Osas, aunque lamentan las dificultades para conseguir las licencias.

En la actualidad, el Ayuntamiento trabaja en una instrucción que regule las actuaciones en la vía pública, ante el elevado número de conciertos que se organizan en la calle, con el fin de buscar el consenso con los empresarios. H