El concurso de acreedores en el que se encuentra inmersa la mercantil a la que se le concedió la condición de agente urbanizador de la UE D3.3 de Burriana eterniza su finalización. La parte más importante que resta para acabar el proyecto es la de la retirada del gran poste eléctrico del centro de la calzada y trasladarlo hacia uno de los costados para dejar completamente libre el vial, pero también quedan por adecuar algunos bordillos que han padecido diversos desperfectos como consecuencia de dejar inacabadas las citadas intervenciones.

OPCIONES // El Ayuntamiento hace varios años que decidió retirar el contrato e incluso ejecutar el aval bancario, aspectos ambos a los que se opuso la mercantil, pero que finalmente se llevaron a cabo. No obstante, el problema ahora es otro y se refiere a que, al no estar terminada la unidad de ejecución, la empresa no la ha cedido al Ayuntamiento. «Este es el motivo por el que no podemos ocupar las casetas eléctricas», explica a Mediterráneo el edil de Urbanismo, Bruno Arnandis. Ahora existen varias opciones sobre la mesa para desbloquear la situación. «Una de ellas es la de hablar con la administradora concursal para que permita ocupar estas casetas y proseguir nosotros con lo que todavía resta de la intervención», argumenta el concejal.

De cualquier modo, Arnandis no se atreve a dar una fecha de cuándo la urbanización podría estar terminada, ya que primero hay que solicitar la autorización y después, sacar a concurso las obras que aún restan por acabar.

A pesar de no estar abierto al público, se trata de un vial que es utilizado por los dueños de terrenos agrícolas y de empleados de algunas de las naves industriales de la carretera de Nules, ya que conecta su parte trasera con la avenida del Transport.

Esta unidad se aprobó en sesión plenaria del 31 de julio del 2003. Sus inicios fueron un presagio de lo que sucedió, pues se pudieron en marcha tras resolverse varias discrepancias vecinales.