El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se comprometió ayer, en la capital de l’Alcalatén, a colaborar en el plan de recuperación y puesta en valor de la Real Fábrica del Conde de Aranda. «Ahora, es la gran oportunidad de situar a l’Alcora como se merece, a través de este proyecto de grandísimo interés. En el siglo XVIII, la Real Fábrica fue todo un símbolo de la modernidad e industrialización de la localidad y parte de la Comunitat», señaló Puig.

Por su parte, el alcalde, Víctor Garcia, agradeció al jefe del Consell su visita y compromiso. «Es muy importante y necesario recuperar la Real Fábrica, lo que supone rescatar un espacio clave en la historia alcorina, el edificio en el que hace casi 300 años comenzó a fraguarse la identidad de la población y en el que nació el sector cerámico de la provincia», remarcó el primer edil.

«Es uno de los escasos ejemplos del incipiente desarrollo industrial de España en el siglo XVIII. Además, su importancia radica en su planteamiento transformador, totalmente innovador. Y es que fue una industria avanzada a su tiempo. En sus instalaciones se produjo la que es considerada como la mejor cerámica europea de la época, presente en grandes museos del mundo», resaltó.

relevancia histórica //

El director del Museo de Cerámica de l’Alcora, Eladi Grangel, explicó a Puig la relevancia a nivel histórico, cultural, turístico y patrimonial de la Real Fábrica, pero también el valor urbanístico, ya que, al recuperarse 9.000 m² de los más de 11.000 que llegó a tener, la reseñada parcela dará la posibilidad a l’Alcora de contar con una gran área dotacional en pleno casco urbano, en la que no solo tendrá cabida la musealización de los espacios originales de la Real Fábrica, sino que también podrá acoger otros equipamientos de tipo cultural.