Casi cuatro años después, o lo que es lo mismo, tras 1.328 días y 44 meses, una máquina entró a trabajar bajo el puente de la Bota de Morella, por la que pasa la N-232, para retirar los cientos de kilos de residuos acumulados en pleno paraje natural. Unos restos esparcidos por el accidente de un camión, ocurrido el 23 de octubre del 2015, que portaba material para reciclar hasta los topes.

La publicación en Mediterráneo del pasado jueves, con la denuncia del Ayuntamiento morellano de la situación, ha sido clave para el inicio de las tareas. «La aparición en prensa, unida a las sanciones de la Conselleria de Medio Ambiente, han servido para que la compañía de transportes, responsable de quitar ese material, recapacite y adecente la zona. La Generalitat, a petición nuestra, revisará el resultado de las labores en breve para confirmar su cumplimiento», tal y como indica el alcalde de la capital de Els Ports, Rhamsés Ripollés.

Durante el pasado fin de semana, una pala excavadora comenzó a retirar la basura, principalmente plásticos, que quedaron abandonados y esparcidos por el barranco donde cayó el tráiler, desde una altura de 20 metros, en el kilómetro 47 de la carretera nacional. Afortunadamente, el conductor no sufrió heridas de importancia, pero el vehículo quedó totalmente calcinado.

Presión

Desde el consistorio morellano reclamaron tras el suceso una intervención en este punto. Pasaron los años y, a pesar de las peticiones de Conselleria a la firma, la mercancía siguió abandonada en pleno monte.

Uno de los protagonistas de la historia es el joven vecino, Bernabé Sangüesa, quien alertó por redes sociales del estado que padecía el barranco, porque además los residuos iban esparciéndose por este enclave. Su advertencia inicial, aprovechando el Día Mundial del Medio Ambiente, ha sido de gran utilidad para adecentar el perímetro de suciedad después de mucho tiempo.