La inestabilidad se ha apoderado del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burriana. El tripartito, formado por PSPV, Compromís y Se Puede evidencia un nuevo episodio de crisis política. Aunque desde hace meses los unos ya venían hablando de los otros en conversaciones privadas, fue la subasta de 16.600 metros cuadrados del Arenal la que abrió las puertas para que las divergencias se aireasen en la esfera pública.

Compromís fue el primero en cruzar la línea al criticar abiertamente en un comunicado de prensa a la alcaldesa, Maria Josep Safont, a la que acusó de esconder la información de la polémica subasta durante una semana.

A ello se unió que, en las últimas semanas, el PSPV casi al completo iba a hacerse fotos de obras en el cementerio o en el carril bici sin acompañamiento de concejales de otras formaciones. Además, Safont planteó la retirada de la gestión del BIM al portavoz de Compromís, Vicent Granel, por los «reiterados retrasos».

Y esta semana ha sido Se Puede Burriana el que ha mostrado divergencias. El edil de Sanidad y Servicios Sociales, Manel Navarro, se reunió con la propia Safont y con la responsable de Hacienda, Cristina Rius, y mantuvo una discusión en tono fuerte en el despacho anexo a alcaldía, en la primera planta del ayuntamiento. Los gritos los oyeron las personas que pasaban por la escalera central del edificio. El equipo de gobierno declinó hacer declaraciones sobre este conflicto.

SEGURIDAD SOCIAL // Por otro lado, la dedicación parcial de los concejales también levanta ampollas. En su día, decidieron un reparto de cargos a los que el consistorio cotizaría la seguridad social, en qué porcentajes y qué ediles solo recibirían retribución por asistir a plenos y comisiones. Ahora, el segundo grupo se ve agraviado por los que tienen sueldo.

Un malestar manifestado, incluso, en el transcurso de sesiones plenarias para justificar la falta de dedicación en una área concreta. En lo único que se plasma unidad, de momento, es a la hora de votar en el pleno, donde los tres partidos van a una.