El histórico edificio Colomer Zurita de Morella vuelve a estar en obras, apenas año y medio después de la última intervención, que debía servir para asegurar el inmueble. El mal estado del tejado y la fachada, que ya fueron tratados en las últimas adecuaciones, suponen un riesgo de derrumbe que podría afectar a la seguridad de vecinos y visitantes.

La nueva actuación cuenta con un presupuesto de 116.728,24 euros, aprobados de urgencia por la Diputación, máxima responsable de la edificación. La empresa adjudicataria es Sermaco Levante. El plazo del proyecto actual se desconoce, pero según apunta un encargado de la compañía, «no será de menos de ocho meses».

Fuentes de la institución provincial apuntan que las obras «son de emergencia, para reparar los daños causados en el perímetro y la cubierta por el temporal de nieve del pasado invierno».

SEGUNDA INVERSIÓN

El emblemático recinto, datado en el siglo XIX, presentaba un preocupante estado de ruina en el 2015. En aquel momento, también era obligado hacer una consolidación, como ahora. Además, se produjeron un conjunto de desprendimientos en la calle.

Para hacerlo, la administración provincial destinó 521.571 euros, por lo que la inversión ya suma 638.299 euros. Menos de dos años después, se ha vuelto a instalar el enorme andamio que rodea al monumento, antiguo colegio de los escolapios e instituto, con el impacto visual y estético que supone, en un punto cercano a la iglesia arciprestal y también al castillo de la localidad.

Desde el Ayuntamiento de Morella, el alcalde, Rhamsés Ripollés, se reafirma en las peticiones que han trasladado. «Esperamos poder mantener una reunión con los responsables del edificio, en aras de tener un calendario de actuaciones que sea claro», dijo.

IMPAGOS

Además, el Colomer Zurita genera polémica por los impagos que dejó Actia, la empresa que ganó la primera adjudicación de las obras. Una compañía que realizó un proceso de concurso de acreedores, contrayendo cuantiosas deudas con empresarios locales, a los que había subcontratado para realizar servicios. Una situación que supone un grave problema para los morellanos afectados, que siguen reclamando estos adeudos.