El colectivo de profesionales que prestan servicio en los centros de salud de la Vall d’Uixó están coordinándose para hacer viable una situación de excepcionalidad que podría alargarse entre 8 y 10 meses, según confirmaron a Mediterráneo fuentes consultadas. Para ello, por ejemplo, médicos que atendían hasta ahora solo por la mañana, pasarán a hacerlo por la tarde, «no hay otra alternativa».

El cierre del ambulatorio del Carbonaire por la aparición de una importante grieta en su fachada lateral, de la que ayer cayeron nuevas piezas que constataron que se trata de un problema del revestimiento exterior, ha obligado a trasladar a todo el personal y las consultas hasta el centro de salud de la calle Octavi Ten, «y suerte que estaba el INSS y una de las Casetes dels Mestres, y que el Ayuntamiento no ha dudado en cederlos, porque de lo contrario, no sabemos cuál habría sido la solución», aseguran.

En referencia al edificio del INSS, hay que tener en cuenta que este inmueble estaba a la espera de su demolición para iniciar el proyecto de reforma y ampliación del centro de salud anexo, por lo que estas circunstancias inesperadas, no solo retrasarán más la ejecución del proyecto, sino que además requerirá de una intervención en su interior, dado que se trata de una superficie diáfana, en la que hay que habilitar consultas y despachos cerrados, y que ya no contaba con los servicios de luz y agua.